tan angelical como atrevida,
tan tímida como decidida;
pero se deshace la idea al verte.
No puedo pedirte señales
si soy yo quien debe aproximar,
tanto la boca como el alma,
y contarte en mi abrazo
aquello que me deja despierta
en noches eternas con tu nombre,
en opacos hermosos días con tu lejanía.
Querido, no me atrevo
me duele el aire hablarte,
me duele la piel aproximarme,
me punza el pecho ser cobarde.
LB Valdés
No hay comentarios:
Publicar un comentario