sábado, 17 de abril de 2010

A partir del cine, la voz impresa del corazón

Sin duda, el trabajo más hermoso y disfrutado que he tenido... nada mejor que te hagan ver una película y revisar sus textos para que más encima te evaluen por tan entretenido acto... por supuesto tenía que ver una compuesta de poesía, ooobviamente...
El lado oscuro del corazón, de Subiela con poemas de Girondo, Gelman y Benedetti, con una metáfora general del "volar", très jolie!
Sin embargo, en mi propuesta ilusa, inútil y fracasada de eliminarte - al menos logrado en cuanto a cadenas - ahi estabas, dormido y escondido entre las sutiles e inocentes letras de un guión de cine; como este trozo:

"Ana me partió el corazón, pero al herirlo lo creó. Nunca lo entenderías, mi pobre Ana, mi querida Ana, nunca hubiera podido pagarte esto que hiciste en mi: Iluminaste el lado oscuro de mi corazón ¿Por qué decidiste permanecer pobre dejándome a mi tan rico?"

Está claro de quien es el papel, y qué sangrado de latidos tuve al unirlo a tu recuerdo!, lo material que me dejaste junto al aprendizaje del odiado fracaso, del puto llanto, de la maldita agonía de la melancolía. No se la razón de mi sueño al llamarte a ellos, no sé cual es la excusa de que tus letras me busquen, o yo a ellas no sé bien, como tampoco porque me cuesta tanto dejar de encontrarte y asociarte a mi realidad, de verte en unos versos, en un tipo, en una ciudad... en una estación precisa, en un silencio ensordecedor, en un sol frío que me calma, en la ausencia de calor que me despierta, en el frío de manos que tanto te gustaba.
Algo que está claro... "aquel libro" se ausenta pues las manos ya se han ido, porque la inspiración es desolante, la tinta corrida, el papel resquebrajante... claro también tengo que en mi no se ha resuelto tanta pena de este fracaso, de este final tan llorado, el no entender porque no pudo ser de otro modo, porque no pude tener lo que hoy veo como una mera historia contrafactual, que solo juego a buscar otro final.

LB Valdés

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