miércoles, 2 de diciembre de 2009

Girando


Es interesante ver que como miembros de este planeta seguimos su ejemplo y giramos durante toda la vida imitando un espiral. Tal como vemos el día, la noche; el día y la noche... una y otra vez sin retroceder, sin embargo volviendo a algo similar, ya conocido... como un espiral.
Vidas y muertes, nuevas vidas y nuevas muertes; encanto, desencanto.. y así... como un espiral.

No sé cual es la manía de querer cambiar el rumbo natural e ir en línea recta cuando los ángulos son escasos en la vida real, lo justo no es realmente justo; lo alegre no es totalmente alegre ni lo doloroso completamente dolorido. Nunca es el mismo dolor, ni el mismo paso, ni la misma alegría.
Cada día vamos avanzando y repitiendo lo que creimos haber visto que simplemente es un recuerdo similar, una sensación que se guardó y que no se sentirá en futuros.

Yo creo que tengo un espiral sobre espiral y "vuelvo" más de lo normal al inicio, una "virtud" que realmente me causa conflictos, a veces me hace gracia, a veces me hincha las venas de rabia. He aprendido a sacarle el provecho al inevitable espiral. Por más que me guste la cosa un poco más angulosa he descubierto que realmente y más aún en alguien como yo el ángulo no existe y cada borde en la vida se va convirtiendo en un circulo -a veces más amplio, otras mínusculo- y así todo va girando en su debido orden... la vida y sus hechos, los pensamientos y sentimientos, las alegrías y dolores, las enfermedades y sus sanaciones. Algo un poco de filosofía antigua: "nunca pasaré por el mismo río", y claro que no; el río ya no es el mismo y uno ya no es el mismo, pero el paisaje es bastante familiar y "conocido" es volver a conocerlo y sentirlo tan antiguo y tan nuevo.

Y es casi una ironía que justamente en un plano médico mi cabeza no pueda girar pues la caida podría ser fuerte y acabar bastante mal, la sangre no dá para recorrer con tanta rapidez un movimiento fuerte o constante. Pues claro que no! ya giran demasiado las ideas, que al parecer pesan a un plano biológico que me recuerda hacerlo en menor medida y ser más decisiva. Lo recuerdo pocas veces.

¿A que se debe este recordatorio? a que dentro de este gigantezco espiral hay anclados otros nuevos como el que ahora inicio. He tenido una muerte más, y he vuelto a nacer; esta vez con la conciencia del maravilloso proceso, que agota y desanima pero que con grandeza te devuelve la vida para girar desde otra perspectiva.
Vuelven junto a esta nueva vida la nueva tinta y escritura de aquel que viene girando en mi ir y venir con cambios que ambos -en ambos- hemos reconocido.

¿Dónde me llevará el próximo giro? quizás donde siempre he querido, basta sentir el paso de la vida, el tiempo nunca es suficiente para creer en eternidad sólo si se puede ver, creer, sentir una "cosa" más allá.

LB Valdés

2 comentarios:

Paola Malatesto dijo...

la vision de la muerte en su espectral corcel usualmente asusta a quien la ve acercarse galopante y fugaz entre los rios de lo humano, entre las flores que crecen alimentadas por la sangre y carne de los que han dado muerte a lo que necesitan dejar atras...

Un cambio inmediato, un nuevo nacimiento sobre lo que vamos sacrificando, asi se aprende usualmente, abriendo un poco mas los ojos en cada paso que damos lejos del campo de batalla...

Ese sentimiento se vulve neutral, se usa a el favor de lo que buscamos finalmente, se envuelve en seda y se guarda en los bloques de la mente, para dejar de herirnos y ser finalmente parte de ese abono que buscamos dia a dia...

mucha fuerza en los fractales de la vida...

Martín dijo...

Me mareo.