A mi alrededor hay movimiento. Los autos corren, hombres y mujeres pasan acelerados, al parecer aquella pareja que diviso y yo desde esta banca somos los únicos de este nostálgico lugar con el tiempo de permanecer sentados, en la infinita paz que a pesar de todo en la ciudad pude encontrar. Será posible que rodeados de brisa, de unos rayos de sol que aún en Agosto están tibios, con un olor al maní confitado de la esquina y el color pácifico que tiene el cerro no de paz entre tanta rutina. Quizás el otoño me dejó un poco ciega.
LB Valdés
A ver que tal me va con el concurso aquel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario