Ese limbo constante, ese desconfiar de ti, tus capacidades o aptitudes, tus fortalezas y atributos... ese sentimiento negativo, negro, oscuro que me invade cuando siento que no piso terreno firme.
Es cuando mi coraza se vuelve inmensa y no avanzo, no observo, no escucho, no pienso... no pienso... no pensar es no escribir, no amar bien, no disfrutar... no pensar es morir vivo y quedar medio vegetal, con la diferencia que eres tu mismo el responsable de aquel estado.
Es una etapa de odiosa vulnerabilidad que se va ampliando a todos los ámbitos, no me agrada, en su sombra trae sufrimiento, y no hay como construir sufriendo.
Sé que todo es más simple de lo que siento, y es simplemente porque a mi me pasa y lo vivo... sé que hay soluciones, pero esas soluciones son tan complicadas para mi como decidir lanzarte a un barranco.
No quiero esperar, no quiero desear, no quiero soñar... no quiero temer, quiero amar lo vulnerable y caminar tranquila.
Quiero por sobretodo volver a mi y dejar de tener esta nube oscura en mis pensamientos, que los limitan de tanta maravilla que podría andar naciendo.
Quiero gritar y cansar todo ello que me ahoga... pero la timidez me come, me devora como un gran pez... si mi piel fuese escuchada, si mis ojos tuvieran voz...
si tuviera más coraje, menos orgullo y una pizca de confianza... seguramente sería otra, seguramente sería quien quiero ser.
LB Valdés
1 comentario:
Si no lo fueras, diría que eres extraterrestre. Pero sentirse así es parte del proceso.
Obsérvalo, medita, levántate, respira hondo y sigue caminando, retoma lo que hacías, no te estanques.. y si lo haces ya encontrarás la forma de salir de ahí. No temas, la cobardía no va contigo y en el caso de que aparezca, si aparece, aprende de ella.
Toma de la mano a la pequeña Laura que camina junto a ti, quizá un helado le venga bien, mimala un ratico.
Hace calor pero hay buena brisa.
Nos vemos.
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