sábado, 30 de octubre de 2010

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Y mientras veo tus ojos cerrados, ahí como niña mimada ante la caricia que se pierde suave y sutilmente, tu boca parece más inalcanzable, no así el suspiro que escapa de ellos despertándome.
Me quitas las alas en pleno vuelo, ¿y qué puedo decir o hacer?
Seré consecuente... deja observarte, seré un espectador más, y esa sonrisa será sonrisa nada más, como tu mano en la mía un accidente, veré cuánto soportaré de silencio en tus ojos, mirada que me dice tantas cosas que preferiría callar, como tantas otras que te da la mía; si tradujeras en ella estos versos...
Resignada al beso burocrático de saludo y despido, te amaré tan libremente que decidirás entre mis manos u otras, entre mis caricias u otras... que podrán cubrir tu pequeño cuerpo, protectoras, o robar caricias ronroneando cual felino dulce y entregado.
Mi afán no es poseer, sólo volver a sentir esa llama sonriente llamada amar, invitándome a ceder y recordar ese inexplicable y volátil sabor de libertad...

Dame esas palabras que brotan de tus ojos, que no hay mejor poesía que la de tu mirada.

LB Valdés

4 comentarios:

Anónimo dijo...

y si.. de alguna manera eligiese tus manos? como saborearías ese volátil y etéreo sabor a libertad, ese amar?

LB Valdés dijo...

ya te respondí, construimos?

Anónimo dijo...

construimos

Paola Malatesto dijo...

siempre has sabido hablar con tu mirada querida mia, aunque el mundo siga a su alrededor, veo muchas cosas en ella, lamentanblemente no vi justo lo que me querias mostrar

amo tus miradas