Y ahora rodeada de noche y extrañas brisas que enfrían mi espalda acariciándola, pienso en la lejanía peligrosa de estos versos, que van tocando tu puerta noche a noche, que van intrigando tu mirada con lo que busco para explicar... explicarte que son cartas que no llegan a ti y que están tan cerca, explicarte por qué eres musa, por qué me das versos...
no te enfades... no te alejes... dale ritmo a mi pluma, deja ir danzando su galope, deja que la poesía te roce, te bese... te mime.
Hoy el trovador va cansado, sediento y sin voz, sólo te mira.. ¿puedo? abre esa ventana y juro que no entraré, deja que mi brisa te acaricie y luego deja que se vaya con el viento... como la melodía que la voz podría regalarte, que mas pura te da mi mirada que brilla con la luna que te da ese color inquietante que provoca.
Descanse mi querida, que la he cansado de tanto pensarla, cubra de manto sus ojos dulces para que vean con encanto el amanecer glorioso de un día más de acompañarte.
Cuéntame si mañana te sientes guapa, como veo en tu estela, que no hace más que mantenerme en vela.
LB Valdés
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