
El dulzor del pastel que pudiste habernos hecho está en tu voz y guitarra, la taza servida en el beso de cada noche o mañana, y las manualidades que te escasean en la sonrisa desde tus verdes ojos, desde aquel rostro suave y rosado que cada año luce más bello y nuestro.
Hace diecisiete años llegué a tus brazos siendo el último canto de niño que coreaste a un hijo. Quizas más de algun defecto podamos encontrar en ti y muchos de ellos calcados en cada uno de nosotros, mas eres nuestra fuente de vida, nuestro punto de unión y cariño. Por sobre todo eres quien nos formó así tal cual somos con poesía y música desde la infancia, con gran energía y fortaleza.
Desde la imagen has sido llamada mami, mamá, madre, mamita o viejita y cada uno se ha apoderado de esos ojos, de ese cuerpo y sentimiento...
todo esto se resume en dos palabras que bien he aprendido a disfrutar y pronunciar: Mi mamá
LB Valdés
1 comentario:
Soy Mike de mi busqueda, me gusto mucho este texto. Y me dejaste inspirado con uno de tus comentarios. Ojala me puedas mandar tu correo para que podamos hablar sobre nuestros blogs y nuestras inspiraciones.
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