
Aquí hace un año anhelaba llamarlo, escucharlo y con ansias recordarlo desde sus ojos hasta la piel; hoy anhelo llamar, escuchar y recordar a otro, planear dentro de otros ojos sin vengar lo anterior, sin intentar igualar sino descubrir y optimizar.
Es tanto y tan poco un año, jamás pensé que después de un año pudiese mirar desde otro punto mi situación de desolación, no pensé que mis ojos demorarían un año en volver a sonreir aun si no es por el, sino por ÉL. No es más que una amistosa y tierna coquetería, envuelta en un sobre de amistad y ¿qué más dá? soy lo suficiente feliz así sin más pedir.
Algo me envuelve, me sonrie, me cautiva; me hace tierna y regalona. Vuelvo a disfrutar un abrazo cuan gato acariciado, vuelvo a recibir una mirada que me ruboriza y logro bajar la mía con la tímida y agradable sonrisa en los labios. Logro porfín no odiar ni lamentar, ni esperar ni desechar. Vuelvo a querer la vida y vivirla día a día. Que increible que el poder volver a amar sin ser adolorida me pueda, así sin más, transformar.
Pensar que vuelvo justo aquí donde pensé que moriría de pena y dolor, la verdad creo que efectivamente morí y ahora radiante digo también... reviví.
LB Valdés
2 comentarios:
Se puede caer miles de veces, pero te diste cuenta que esta ese alguien que nos de la mano y nos rescate del acido de los recuerdos y las noches perdidas.
Muy contento con tu momento!!!
gracias darío, tambien me alegro del tuyo :)
Publicar un comentario