domingo, 23 de enero de 2011

Un grito profundo,
un vómito absurdo,
un delirio rotundo...

llevar mis sensaciones más puras al límite de lo inaceptable, probar sus efectos como droga milenaria, probar con ambos pies en el río cuan profundo es todo...
Darle más vueltas de locura a mi existencia, marchitar el dolor de borracha sonrisa, llegar al extremo de mis atrevimientos...

Todo, envuelta en la melodía más dulce, casi obscena, casi pura... casi... delicia...
abrir los ojos cuando el miedo se aburra de mi alma presa,
sólo así, tan sólo así... entre los agujeros negros atrayentes a la nada, descubrir que la mejor vía será la armonía de mi balanza rota, dejar la mamonería y el romanticismo de lo falso... atreverme a lo real, cotidiano y terrenal; y volverlo ensueño entre mis párpados.
Hacer de lo mundano un alucinante viaje místico a la puerta desconocida de mi propia esencia.

LB Valdés