Octubre

Es un mes que todos los años me hace reflexionar, de una u otra manera... y es maravilloso.

Me encanta haber nacido en Octubre, donde la primavera (en este lado del planeta) te abraza con fuerza, es un mes bonito.

Este mes particularmente es el término de varias cosas, entre ellas la etapa escolar que se me hizo más larga de lo que ya es, por fin puedo postular a la universidad y las cosas que realmente quiero.

Puedo mirar sin rencor el pasado y el presente, el amor y el odio, lo conocido y desconocido, mis propios pasos, mis huellas, mis sueños y las cadenas que aún quedan.

Soy feliz porque así lo elegí, y el tiempo bien sabio me ha sabido enseñar que el ser humano es más simple de lo que pareciera y su definición nunca es la misma, no hay blancos o negros... una gama enorme de colores como de posibilidades de ser.

Agradezco mi bello presente y mi justo pasado, el futuro ya está llegando a cada segundo de el no me atormento más.

Amo la vida, amo mi vida, amo a cada ser que me ha rodeado y ha dejado una estela de luz a mi alrededor volviendo el camino soleado y sereno. Amo a quienes van en mi dirección de lucha y a quienes van en contra también, que me fortalecen y hacen florecer en mi la verdadera contemplación y noviolencia activa; amo por sobre todo a quienes me han enseñado a amar sin resistencia, ni vergüenza, ni de forma posesiva y con ello comprendo porque debe ser invierno y verano, como aceptar que se debe morir y nacer... nada tiene sentido si no hay más gamas de color... nada.

LB Valdés