lunes, 28 de junio de 2010

Que lindo es viajar


Me encanta viajar, ese instante en que estoy camino al reencuentro, a la investigación, al descubrimiento... en fin, tantas sensaciones que vienen al llegar a un lugar ajeno a tu ciudad, país... a tu lugar original. Esas horas que te hacen salir de tu burbuja para mi son impagables, me encantan.
Hoy me subí al bus camino a Rancagua, extrañaba tanto a mi preciosa amiga, la ciudad en si tiene un toque a oscuridad, un tono grisáceo que deprime pero su luz es infinita y rompe todo aquello con sus colores extravagantes. Me encantó mantenerme casera, viendo hacer pan, chocolates y tantas cosas ricas con las manos, sin salir al frío del invierno cruel que pasa por el centro de Chile a comprar alguna cosa.

Me encantó dormir fuera de casa y estar fuera de la sensación de saciedad y monotonía que me envuelve en mi hogar, en mis hogares. Y como todo viaje, sorpresas me llevé, regalos que son impagables... unas miradas, unas palabras, unos gestos que al solo roce me hicieron tanto bien, me hicieron crecer y comprender tanto, tanto.

A veces no es necesario ir tan lejos... hoy fue Rancagua, como la suerte me ha mostrado Toronto, Québec, Temuco, Punta Arenas, Chicago e incluso La serena.

De vuelta a Santiago ya no era la misma, basta un instante fuera de la ciudad para comprender tanto... que me dieron unas ganas incontrolables de salir de acá y vivir en otra ciudad... de vivir otro ambiente, otra realidad, con otra gente, con otros aires, con otras huellas, con otra yo.
Mis fieles compañeras fueron las melodías en mis oidos... mis nuevos tesoros todas aquellas miradas pidiendo y dando tanto... mi novedad un mail extraño que ronda mi cabeza, a veces siento como si fuera una carta perdida en el correo, escrita hace tanto y descubierta hace tan pocas emociones...

En fin... viajar, que dulce es el sabor de viajar, como tengo ganas de jamás dejar de viajar.


LB Valdés

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