Cada recuerdo, sensación y felicidad infantil cuenta con tu sonrisa, tu mirada, tu voz, tus abrazos tan grandes y ricos, nuestra confidencia y confianza, nuestra tan incondicional e infinita amistad.
La verdad es más que una amistad, la palabra madre la aprendí por verte día a día junto a mi, me enseñaste lo que más cuido de mi misma: el otro idioma, esas cosas chicas que tanto nos dan.
Eres tu mi recuerdo feliz, mi compañía de infancia y preadolescencia, la que a pesar de la lejanía aún me envía su amor por el aire y aún cuido y beso dentro de mis sueños.
Mi Ana hermosa, la persona que más he abrazado, compartido, necesitado y extrañado, a la mujer que más he amado lejos, la que sabe de verdad toda mi historia, la que prefiere empañar mis ojos con verdad que hacerlos sonreir con mentira.
Mi más preciada mujer, la que me costó tanto entender porqué se te llamaba "nana", "empleada" con tan mala gana cuando fuiste y eres mi madre-amiga, quien me dió la enseñanza, el amor y la humildad, el amor por la vida y el instinto de lucha por un mundo mejor. La mujer más fuerte y alegre que he conocido, la de más bellos sentimientos, paciencia y continuidad, que no te vences. La que me ayudó a comprender la compleja familia que me tocó, la que sin duda me ayudó a perdonarlos también por tanta soledad, eres la responsable de que hoy deje de mirar a mi progenitor como mi peor enemigo, eres quien le dió humanidad a mi alma con algo tan escencial.
Te amo preciosa mujer, te amo.
Gracias por tantos años que dejaste a tus propios hijos, eso jamás te lo podré devolver, sólo puedo decir que no fue en vano que gracias a ti estoy aqui y así, que eres capaz de cambiar el mundo. Gracias por tanto amor, por tanta alegría, por dejarme conocer ese infinito corazón, por dejarme ser patudamente una hermana más de tus hijos tal como si tu vientre me hubiese acogido.
Feliz cumpleaños, no por nada este ha sido el día más cálido que he sentido de este frío invierno de Agosto.
LB Valdés
No hay comentarios:
Publicar un comentario