
Aquí de nuevo... jamás había venido a esta hora. Mi mp4 a todo dar con Winehouse tatareo "Tears dry on their own". Son un cuarto para las diez de la mañana.
En diagonal a mi una pareja... quizás no concreta, más el coqueteo es indiscutible. A mi lado un hombre de alrededor 50 años, un relajo en sus músculos cansados por el arrebato de la crisis, quizá.
Al frente, una distante mirada tres jóvenes con cara de desorden.
A mi derecha estudiantes adolescentes con sus uniformes bien puestos miran la hora, quizás intentando el tiempo detener.
Y ahí donde llega mi míope mirada alguien recoge las hojas secas de otoño.
Ahora "Nobody knows" en la dulce voz de Dido, canción ad hoc para la calma de mi mirada; sin embargo a mi alrededor hay movimiento acelerado, creo que yo y dicha pareja somos los únicos con tiempo para observar con más calma este lugar. No puede haber mejor lugar para mi, lo tengo todo... dentro de la ciudad, rodeada de brisa, sol otoñal, ojas secas... olor a paz.
Pensar que una calurosa tarde aquí vine a dar y dicho olor era entre suspiros ajenos el alojado en mis pulmones, pensar que quizás sea esa la última vez que sienta aquel encanto; pensar que estoy tan feliz de vivir atenta cada segundo pudiendo alojarlo sin perder detalle alguno.
La sonrisa galante de el, la mirada coqueta de ella... pasan a mi lado y no puedo evitar una sonrisa mientras escribo todo esto, puede que la próxima vez este sea también "su" lugar.
¡Qué sorpresa! una chica reemplaza al de cincuenta y bajo el rayo de sol escribe también.
¿Será que la nostalgia es tan larga y culpable de tantas letras?
¿Será que la nostalgia es tan larga y culpable de tantas letras?
LB Valdés
Es Mayo, mas se me quedaba en el tintero de Abril.
2 comentarios:
Me encanta la imagen. Los bancos solos, llenos de las hojas del otoño, son un lugar perfecto para detenerse, descansar, y pararse a pensar.
Ahora te leo. Un besito!
Una actividad realmente genial, por lo menos a mí también me encanta...
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