"Mañana no es tan temprano, ¡Qué Maravilla!", digo a mis adentros mientras coloco el despertador una hora y media más tarde de lo normal, pues el lugar será cerca de mi hogar.
Me recuesto con todo el ánimo de dormir y recuerdo que el Festival de Viña comienza esa misma noche, ¡Joan Manuel Serrat abría la jornada, Qué maravilla!. Enciendo el televisor y todo el show que es el inicio de aquel querido y maldito festival que cumplía 50 años. Animadores nuevos y ya imaginaba a los malditos criticos que tendría la suerte de no ver al día siguiente: Que la ropa, que lo que dijo, lo que hizo y lo que no, que no son para este tipo de espectaculo, que el cantante fue o no formal, bueno o malo, blah blah. Que sea posible que coman por criticar!, en fin.
Presentan al adorado cantante español y ahí está, como siempre apesar del cancer con el que tuvo que luchar. Se comunicaba con el público, cantaba y yo cantaba con el desde mi cama, por el sueño no pude ver el show completo, y me puse a dormir segura de que el "monstruo" le diera ambas antorchas y la gaviota de plata bien merecidas que tenía. Maravilla no haberlo visto, el público lo pifió!!... no lo podía creer. Los malisimos de "La Noche" se llevó todo!!! y a Serrat lo pifiaban!, ay Laura Soto, que pasa con estos chilenos exigen buenos artistas, se los dan apesar de la crisis y ahí está... no lo aprovechan.
8.00 am, no se que diablos hice con el despertador y siento que tocan la puerta "Mona estás lista para desayunar?" Era mi hermana mayor que prometí que podríamos desayunar juntas, que suerte que recordó aquello, si no no llego al trabajo. Corro entre la ducha y la pieza, que el secador, la ropa; que los aros y los zapatos; la ropa de trabajo y la chaqueta... uff, ya se hace tarde!
Me preparo mi café con leche y un pan grande, espero a Camila que juguetea con "Betito" el nuevo y pequeño integrante de la familia de 2 meses y un tantito más. Esa bola de pelos que tanto llora cuando Camila no está.
Llega a la mesa luego de pasar las manos bajo el agua y conversamos un ratito mientras comemos, felices de hacerlo en compañía. "Ya cami, estoy atrasada un gusto desayunar juntas".
Corro al baño... los dientes, el pelo ¿me veo bien?, uff estoy resfriada... un poco de propoleo no estaría mal. Qué diablos, si les gusta o no como voy cosa de ellos... ya me atraso.
-Marcela, voy en camino (tomando un taxi para llegar a pronto y recuerdo a Alejandro cuando prefería tomar el taxi conmigo, escusandose que iría más comoda que en la micro, cuando en verdad le encantaba aquello para abrazarme más, antes de separarnos por un tiempo más. "Mi amor no gastes dinero, la micro es más barata", "ay el dinero es para gastarlo, tomemos este".)
- Ya, te espero (Responde la Marce y estoy segura que no está lista y seré yo quien esperará)
"Muchas Gracias", y bajo del taxi. Grecia con Pedro de Valdivia me espera recordandome que llegaré tarde. Llamo una vez más a Marcela y claro venía saliendo... por suerte su casa no está lejos de allí y no tardaría mucho más.
La veo, como siempre arregladita, bien linda. Si no conoceré yo a esta mujer que está conmigo hace una decada.
Llegamos un poco tarde por lo que no tuvimos que armar muchas cosas. Diviso a mi primo que viene corriendo a abrazarme y claro a su hermano que fue a buscarme a unas cuadras, saludo a todos muy energética como nunca, al que tanto insisten que le gusto y yo tanto insisto en lo contrario, a mis recientes amigos y a mi Francisca que estaba haciendo los flyers para el próximo evento.
Nos apresuran a colocarnos el uniforme porque ya varios niños nos rodean esperando que todo se inicie. Varias caritas conocidas en esos pequeños cuerpecitos.
Recibo la mochila que lleva los tan significativos premios para esos pequeños que son nada más que dulces masticables. Me preparo para una calurosisima jornada.
La música comienza a reventar los parlantes y se enciende la fiesta.
La tía de los dardos comienza a ordenar a los niños para que participen, ninguno de ellos sospecha que está tía quizás es de su propia edad.
"¡Vamos niños!, son 20 puntos los que hay que hacer", algunos pequeñitos los coloco un poco más cerca y me sonríen detrás de sus caritas pintadas por ser tomados en cuenta en un juego tan divertido para ellos, otros me miran tímidos y me agacho a su altura para jugar con ellos... reciben sus dulces y son tan felices es como si fuera su próximo tesoro.
Varios vuelven a probar su puntería, papás, hermanos mayores, tíos, mamás y pequeños que te enseñan la edad con sus dedos "antes tenía estos, ahora tengo estos", con los dedos haciendo 4 y 5, hace poquito aquel niño habría cumplido 5 añitos.
Y así pasa la jornada, con un calor que me bota, con niños que insisten en ayudarme a recoger dardos, que comparten sus colaciones y dulces conmigo, que me buscan para mostrarles a sus padres quien soy, en fin.
La jornada termina y yo más cansada de lo normal le pido a Ariel, mi primo "descomprime mi espalda ¡porfavor!", mi espalda cruje como nunca y puedo estar un poco más relajada. Se inicia el desarme, debemos ordenar. El show que viene despues de toda está actividad está por comenzar. Viene el vehiculo que nos traslada y acompaño a todos para despedirme. Besos a todos y me retiro.
Venía cansada y acalorada despues de una jornada, que pareciera más larga de lo normal, junto a los niños que a diario visito en sus plazitas cercanas a su hogar con juegos, premios y demases sorpresas durante el día. Necesitaba caminar sola y decidí no marchar con mis compañeros, me despedí de cada uno y comencé a caminar.
Llegaba a Carlos Ditborn con los Jazmines y una mujer con el miedo a flor de piel intentaba proteger a su pequeño en coche, no tendría ni siquiera un año quizá aún era un lactante. Su pareja o quien sabe quien era la atacaba a gritos no dejandola avanzar. Hubiese querido ser ángel en ese momento, que nadie me hubiese visto ni la sombra y detener a ese hombre para dejar en unos segundos de tranquila y pacifica soledad. Sin embargo, poco parecido es el que tengo de un ángel y como un mortal más pasé suspirando, "Laura Soto, protégela también aunque descuides de mi cuerpo tu vista". No supe más de ellos, sólo espero que ademas de insultos verbales a ese hombre nada más se le hubiese pasado por la cabeza.
Camino por Carlos Ditborn y veo cerca de una animita una hoja de diario que en la mañana sería ocupado para envolver el zapallo recien cortado ahí solitario como esperandome. "Gonzalo Millan" leo desde lejos y lo recojo y leo sin detener el paso. Qué maravilla iba leyendo poesia de este chileno mientras regresaba a casa.
Si a veces pienso, Laura Soto que me regalas tantas cosas. Mantienes la sonrisa de tu nieta desconocida en vida con estos regalos pasajeros que sabes que sólo yo podría ver y agradecer. Te debo visitas al cementerio, te debo mil flores, pero ya sabes algo más que tu nombre llevo en el cuerpo, nos vemos luego... no vengas a retarme en sueños ni apretar mis dedos del pié asustando mi ser, por ahora un cuento te puedo ofrecer.
LB Valdés
3 comentarios:
Que increible esto de recordar los momentos, yo a veces no alcanzo a retener lo que paso hace un rato, pero para otra cosas tengo super buena memoria... Los regalos por lo general son mas que pasajeros, aunque vengan y se vayan con el viento, siempre algo queda. Ya saludos, cuidese, chau...
Es una crónica preciosa!!!!!!
Realmente describas cada detalle que muchos envidiarian, tienes una preciosa forma de escribir, como siempre fue un gusto leerte.
Saludos!!!
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