Fingiendo una gran alegría detrás de aquella falsa sonrisa observa Maribel a su pequeña sobrina, mientras sin sentir ni sospechar unos ojos más puros, profundos y claros la observan a ella en un infinito y pacifico silencio.
De pronto la penetrante mirada se sintió como calor en los labios en el cuerpecito de aquella chica.
"Tienes mucha pena que tienes que sacar, esa pesada mochila no te sirve ni servirá, debes avanzar. Para eso debes borrar aquella gran pena que tienes"
En silencio queda el pecho de Maribel, sorprendida ante aquellas palabras de un tipo que nunca vió y quizás no vuelva a ver. El no estaba equívoco, el dolor traía la espalda encorvada de la joven chica, extraña sensación con aquel comentario proveniente de esos ojos verdes y brillantes, el tendría quizá 30 años más y en su mirada hacía notar su quizás largo andar.
Maribel dejó a la pequeña junto a los suyos y necesitó la luna, que aquella noche desaparecía, y luego una caricia que entre roce y roce le dijiera "ven, que te protegeré", tan vulnerable estaba el corazón de la chica, que la memoria inició con furia a desplegar recuerdos donde tan amada fue.
"Ven, que te protegeré" decía aquel recuerdo al compás del viento, viento que frío caló el recuerdo y abrió los ojos... "vé que debes emprender camino".
LB Valdés
2 comentarios:
Perdón por los días que no pase por acá, pero veo que seguís siendo fabulosa en cada palabra, en cada verso, que mas puedo decir, solo que me encanta pasar por acá.
Un beso muy grande, y todavía espero que me cantes esa canción de Ismael que un día dijiste, jaja.
Me ha gustado mucho tu Blog, cuentame como invitado porque te seguiré leyendo, que especial debes ser no?, tienes buenos gustos niña, un saludo del
vitalistayoptimista
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