Extractos de "La Lucha de Jacob"/ Demián - Hermann Hesse

(...)yo no me parecía a los muchachos de mi edad. En muchos aspectos era precoz y maduro, y en otros me mostraba retrasado e indefenso. Al establecer comparaciones con los demás, habías ocasiones en que me consideraba realmente conforme conmigo mismo, y hasta orgulloso, y otros momentos en que me sentía menoscabado y me deprimía. En la misma medida, a veces creía ser un genio y a veces un loco. Me resultaba imposible compartir las preocupaciones o los esparcimientos de la gente joven, cerraban para mi, y me hallaba definitivamente aislado de mis semejantes.
Mi extravagante amigo Pistorius me inculcaba una profunda estimación por mi mismo, haciendo resaltar lo valioso que encontraba en mis ideas, en mis fantasías y en mis sueños(...)
(...)El más fiel de mis sueños era mi inconfesable sueño de amor; el único que jamás pude contarle a mi amigo. Equivalía al sincón en el que nadie podía penetrar, el secreto imposible de compartir, a mi gran refugio(...)

(...)¡También usted celebra misterios, Sinclair! sé que existen sus sueños secretos y no quiero que me los cuente. Sólo le pido que oiga esto: ¡Viva esos sueños y levánteles altares! aunque no sea lo más completo y exelente, es un camino. Está por verse si usted y yo, y otros más lograremos renovar el mundo, pero de lo que si estoy seguro es de que no conseguiremos nada si no lo renovamos en nosotros mismos, día a día(...) Es provable que sean de una índole que le provoca miedo. ¡No, no debe tenerles! ¡Son lo más perfecto que tiene! ¡Créame! yo he perdido demasiado por reprimir mis sueños cuando tenía su edad(...)

(...)Me dieron ganas de llorar, de suplicar que me perdonara, de asegurarle que seguía siendo su amigo. Conceptos de gratitud y cariño llenaron mi pensamiento, pero no pude expresarlos. Permanecí callado mirando al fuego, y ambos nos quedamos contemplando cómo se desplomaban los pequeños castillos de leña. Al extinguirse cada llama yo veía evaporarse y desaparecer vivencias de inmensa profundidad y belleza que ya no se repetirían(...) Habría querido gritar que nada de eso era cierto, pero fuí incapaz de hacerlo. Estaba consciente de haber desnudado la esencia de su debilidad, el punto clave de su desconfianza en sí mismo(...)
(...)Entonces tuve la seguridad de que todo lo que él significaba para mí, para sí no podría significarlo jamás, mi entregar el propio Pistorius ni siquiera una ínfima parte de lo que a mí había llegado entregarme(...)

De pronto te vuelves Pistorius y yo Sinclair... si bien no eres como aquel ni menos yo como él, sin embargo, estos estractos me devuelven a ti. Como la bella caminata que dí hoy recordando momentos tan bellos. Parques forestal y bustamante, Cerro Santa Lucía, unas sencillas esquinas que fueron tan especiales, tanto que día a día las recorro con una sonrisa como si reviviese hasta la más mínima sensación.
Permaneces ahí, y creo que sea como sea... amigos o no, queriendonos odiar o amar, estaremos el uno para el otro. Ya lo dijo el maravilloso cielo teñido de un verdoso iluminar ¿recordarás tanto detalle, como yo? quizás más... ahí estás igual que hace seis meses, igual que desde noviembre, igual que hace dos años ¿recuerdas?

LB Valdés